La alineación de valores personales y corporativos, así como la conciliación y la flexibilidad son clave para captar la atención de las nuevas generaciones.
La “guerra por el mejor talento” es una realidad a la que muchas organizaciones se enfrentan actualmente. En un contexto tan volátil, impredecible y cambiante, el talento es el mayor activo para crecer de forma sostenible, y cada vez son más las organizaciones que están abordando el reto con estrategias de atracción y fidelización de talento.
La llegada de la Generación Z ha supuesto un nuevo desafío, un perfil de trabajador que busca algo más que un salario a final de mes. Se trata de la generación nacida entre 1997 y 2012, la cual ha crecido en un mundo completamente digitalizado y globalizado, lo que ha configurado su forma de ver y entender la vida. Alrededor del 2025, estudios indican que esta generación, posiblemente ya representará el 75% de la fuerza laboral mundial.
Valores de la generación Z
Esta generación es diferente a las anteriores, busca el fit cultural, la alineación de valores personales y corporativos, y un propósito compartido con la empresa. Buscan una vida equilibrada en la que el trabajo sea un medio y no un fin, por lo que la conciliación y la flexibilidad también son fundamentales. Además, esperan feedback y reconocimiento de forma más recurrente, en comparación a sus predecesoras, un factor importante a tener en cuenta por parte de responsables y líderes.
La salud mental, el compromiso con la sociedad y el medio ambiente, y la diversidad también son valores muy importantes para esta generación. Por esta razón, es necesario que las empresas escuchen sus expectativas y necesidades, ofreciendo una propuesta de valor capaz de conectar con ellos.
Para conectar con ellos, tenemos que recurrir a los formatos y canales que utilizan en su día a día, como Instagram o TikTok. El tono y estilo también son importantes: cercanía, sencillez, autenticidad y coherencia, son clave en la comunicación.
No obstante, nos encontramos con una fuerza laboral multigeneracional, por lo que es esencial minimizar el gap entre generaciones. Para ello, algunas de las iniciativas que se están llevando a cabo son los programas de “mentoring” bidireccional y de “sharing knowledge”, o los programas de “buddies”, en el momento de incorporación a la empresa.
La Generación Z viene pisando fuerte, con una mentalidad mucho más exigente y un nuevo mindset que ayudará a mejorar el lugar de trabajo. Las empresas que logren adaptarse a sus necesidades y ofrecerles una propuesta de valor atractiva, lograrán fidelizar a estos trabajadores y contar con un equipo altamente motivado y comprometido.
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