Gestionar una marca puede parecer fácil, pero en nuestra experiencia es muy común que muchas marcas estén repitiendo los mismos errores; la buena noticia es que la mayoría de estos errores son fáciles de evitar o corregir.
1. Pensar que tienes una empresa, servicio o producto pero no una marca
Una marca se define como la percepción que los usuarios tienen de tu producto, servicio o empresa. Así que, mientras existas en el mercado, tienes una marca que con el tiempo adquiere valor si haces las cosas bien y que si la sabes utilizar, puede significar mucho dinero para ti. No descuides tu marca por pensar que no tienes una.
2. Creer que brandinges igual a: logotipo, página Web y unos cuantos materiales más
Tu marca es mucho más que soluciones meramente gráficas. Necesita una filosofía, personalidad, manifiesto, tono de voz, cultura interna y consistencia para ser una marca exitosa. La buena noticia es que seguramente en tu empresa ya hay todo esto; solo es cuestión de escribirlo y comunicarlo.
3. Pensar que “calidad, servicio y precio” son las únicas vías para diferenciar a tu marca de la competencia
Estas tres cualidades son requisito para una empresa, así que debes encontrar qué es lo que hace única a tu marca y decirlo en 2 minutos (o dos párrafos) o menos. En la búsqueda de lo que separa a tu marca de la competencia, es importante que no pretenda ser lo que no es por seguir una tendencia. No sirve copiar a quien lo está haciendo bien, sino entender en qué está acertando. Si todas las marcas se vieran y hablaran como Apple, todo se vería igual.
4. No ser consistentes en la gráfica o en los mensajes en los diferentes canales
La expresión de tu marca debería ser la misma aunque se adapte al entorno. Es muy común que se perciba de una manera en redes sociales, y de otra en el centro de atención telefónica, para evitar esto y asegurar consistencia de comunicación, desde el Community Manager, las agencias externas y hasta la Dirección, deberán entender los valores y mensajes de tu marca. Tener claro qué y cómo se deben comunicar. De igual manera, los lineamientos gráficos deben de ser respetados en los materiales impresos y digitales por cualquiera que exprese a nombre de tu marca.
5. No saber cuándo hablarle a alguien más con amplia experiencia en el tema
Poder hacer de todo, no quiere decir que sea una buena idea que hacer de todo. Si bien es cierto que hay momentos en los que no tendrás recursos para contratar a un experto, hay otros en donde, si no lo haces, corres el riesgo de hacer más mal que bien. En las ocasiones que tengas que diseñar tú, adelante, y plataformas de diseño como Canva, Fiverr y 99designs pueden ayudar mucho, sobre todo si tu empresa apenas empieza; aún así, sin formación visual es probable que no produzcas un trabajo que le haga justicia a tu marca. Es por eso que llega un momento en la vida de todo proyecto, en que es necesario invertir en la ayuda de alguien que sepa lo que está haciendo y que ayude a tu marca a dar el siguiente paso.
6. Tener canales de comunicación sin saber cómo y para qué utilizarlos
Ver el mismo post en Twitter, Instagram y Facebook no es hacer uso correcto de tus redes sociales. Tener entradas en el blog de la página web de varios meses atrás quita más de lo que da. Cuando sabes para qué y cómo se usa un canal de comunicación será más fácil que decidas si hace sentido usarlo. La expectativa de tu marca se modifica al ver que en su página tiene un blog, o que tiene una cuenta en LinkedIn. Esta expectativa se puede cumplir (o incluso exceder) si sabes explotar el potencial de los canales y les dedicas el tiempo necesario. De manera contraria, decepciona si notan que tu marca no actualiza sus mensajes de manera regular.