Los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) se están convirtiendo en factores cada vez más importantes a la hora de evaluar el rendimiento de las empresas en estos ámbitos. ¿Cómo están afectando al sector del crédito?
Los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) han recibido una gran atención en los últimos años, a medida que las empresas y los inversores han reconocido la importancia de tener en cuenta las repercusiones sociales y medioambientales más amplias en sus procesos de toma de decisiones.
En el pasado, las decisiones de financiación se basaban en gran medida únicamente en los resultados financieros. Sin embargo, hoy en día, los inversores tienen cada vez más en cuenta los factores ESG a la hora de evaluar las oportunidades de inversión. Las empresas que demuestran unos buenos resultados en materia de ESG suelen considerarse inversiones más atractivas, ya que tienden a estar mejor posicionadas para gestionar los riesgos y oportunidades asociados a las cuestiones medioambientales y sociales. Esta tendencia ha dado lugar a una creciente demanda de fondos y estrategias de inversión centrados en los factores ESG.
Por otra parte, a las empresas que buscan financiación también se les exigen normas ESG más estrictas. Los prestamistas e inversores exigen cada vez más a las empresas que cumplan criterios ESG específicos como condición para la financiación. Esto es especialmente cierto en el caso de los sectores con importantes repercusiones medioambientales o sociales, como el petróleo y el gas, la minería y la agricultura.
Por ejemplo, un banco puede exigir que una empresa minera que solicite un préstamo cumpla criterios medioambientales y sociales específicos relacionados con el uso del agua, la gestión de residuos y la participación de la comunidad. Del mismo modo, una empresa de inversión puede exigir que una compañía que busque capital demuestre unas prácticas de gobierno corporativo sólidas, incluida la independencia del consejo, la transparencia y transparencia en las cuentas.
Además de cumplir los criterios ESG como condición para la financiación, las empresas que demuestren unos buenos resultados ESG también pueden tener acceso a un capital de menor coste. Esto se debe a que los inversores pueden considerar estas empresas como menos arriesgadas debido a su enfoque en las prácticas sostenibles y la gestión proactiva de los riesgos ambientales y sociales.
En algunos casos, los criterios ESG pueden utilizarse incluso para determinar las condiciones de financiación. Por ejemplo, un prestamista puede ofrecer tipos de interés más favorables o plazos de amortización más largos a una empresa que cumpla determinados criterios ESG. Esto puede incentivar a las empresas a mejorar sus resultados ESG y alinear sus prácticas empresariales con objetivos sociales y medioambientales más amplios.
Un balance de sostenibilidad es un documento que describe los resultados medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) de una empresa y su impacto en la sociedad y el medio ambiente. El documento proporciona a las partes interesadas transparencia sobre las prácticas de sostenibilidad de la empresa y ayuda a demostrar su compromiso con las prácticas empresariales responsables.
En Europa, la presentación de informes de sostenibilidad ya es obligatoria para las grandes empresas y grupos en virtud de la Directiva sobre información no financiera (NFRD), que entró en vigor en 2018. En virtud de la NFRD, las empresas con más de 500 empleados deben divulgar información sobre su desempeño ESG, incluido su impacto ambiental y social, sus políticas de diversidad e inclusión y sus medidas anticorrupción. Además, la Comisión Europea está elaborando una revisión de la NFRD que ampliará el alcance de los requisitos de información y aumentará el número de empresas sujetas a la normativa. Se espera que la nueva NFRD entre en vigor en 2024.
Los financieros están interesados en los balances de sostenibilidad, ya que les proporcionan información valiosa sobre los riesgos y oportunidades ESG de una empresa. Esta información puede utilizarse para tomar decisiones de inversión y evaluar la sostenibilidad financiera a largo plazo de una empresa.
Algunos de los KPI ESG clave que son importantes para los proveedores financieros incluyen:
- Emisiones de carbono: Este KPI mide las emisiones de gases de efecto invernadero de una empresa y proporciona información sobre su impacto medioambiental.
- Consumo de energía: Este KPI mide el consumo de energía de una empresa y puede proporcionar información sobre su eficiencia energética y el potencial de ahorro de costes.
- Consumo de agua: Este KPI mide el consumo de agua de una empresa y puede proporcionar información sobre sus prácticas de gestión del agua y los riesgos potenciales asociados a la escasez de agua.
- Tasa de rotación de empleados: Este KPI mide la tasa a la que los empleados abandonan una empresa y puede proporcionar información sobre sus prácticas de retención y compromiso de los empleados.
- Incidentes de salud y seguridad: Este KPI mide el número de incidentes en el lugar de trabajo relacionados con la salud y la seguridad y puede proporcionar información sobre la cultura de seguridad y las prácticas de gestión de riesgos de una empresa.
- Diversidad del Consejo: Este KPI mide la diversidad del consejo de administración de una empresa y puede proporcionar información sobre su compromiso con la diversidad, la equidad y la inclusión.
- Medidas anticorrupción: Este KPI mide los esfuerzos de una empresa para prevenir la corrupción y puede proporcionar información sobre sus prácticas de gobierno y posibles riesgos legales.
A medida que la sostenibilidad se convierte en una prioridad para las empresas y los inversores, crece la demanda de financiación vinculada a los resultados ESG.
Un ejemplo de financiación específica para criterios ESG son los bonos verdes, que son bonos emitidos para financiar proyectos sostenibles desde el punto de vista medioambiental. Los bonos verdes pueden ser emitidos por gobiernos, empresas u otras organizaciones, y los ingresos suelen utilizarse para financiar proyectos como energías renovables, eficiencia energética o infraestructuras sostenibles.
Otro ejemplo de financiación específica para criterios ESG son las finanzas sostenibles, que incluyen una gama de productos y servicios financieros diseñados para promover el desarrollo sostenible. Las finanzas sostenibles pueden incluir préstamos verdes, así como préstamos vinculados a la sostenibilidad, que son préstamos que están vinculados a los resultados de sostenibilidad de un prestatario.
Podemos esperar ver un crecimiento continuo de la financiación específica para criterios ESG en los próximos años.