En el futuro, los algoritmos resolverán los conflictos judiciales y las personas solo tendrán que revisar y refrendar la decisión.

Los avances en inteligencia artificial, el análisis masivo de datos y diversas tecnologías complementarias plantean debates de extraordinario calado. En su mayoría, estos dilemas exceden el ámbito técnico y reclaman ser contemplados desde otras perspectivas como la ética, la sociología, la filosofía o la política. En los últimos años se viene hablando de la posibilidad de que algún día un robot –un algoritmo– pueda llegar a sustituir a los jueces. Hoy en día, existen programas que son capaces de predecir resoluciones en función de sentencias anteriores.