El ‘Open Finance’ tiene el potencial de revolucionar el sector crediticio aumentando el acceso al crédito, reduciendo el fraude y los impagos y mejorando la experiencia general del cliente. El ‘Embedded Finance’ puede reducir los costes de transacción y proporcionar más flexibilidad.
¿Qué es la PSD2?
En términos sencillos, la PSD (Payment Services Directive) es un conjunto de normas que hacen más fácil y seguro para las personas y las empresas realizar pagos electrónicos en la UE. También pretende aumentar la competencia en el mercado de servicios de pago y fomentar la innovación en la tecnología de pagos.
El 14 de septiembre de 2020 entró en vigor la segunda versión de la Directiva Europea de lo Servicio de Pago (Payment Services Directive — PSD2), destinada a mejorar y regular los servicios de pago en toda la UE, introduciendo dos cambios significativos.
Primero, exige a los proveedores de servicios de pago que apliquen medidas de seguridad más estrictas, como la autenticación de dos factores (Strong Customer Authentication), para proteger la información de pago de los clientes.
Segundo, abre camino a nuevos servicios (Información de Cuentas, Iniciación de Pagos y Emisión de Tarjetas) y la identificación de nuevos actores que permiten a terceras empresas acceder al banco del consumidor y obtener información sobre sus cuentas corrientes, dialogando e interactuando así directamente con las cuentas corrientes de los ciudadanos europeos mediante el uso de Open APIs, interfaces de programación de aplicaciones abiertas, es decir, disponibles públicamente, que proporcionan a los desarrolladores acceso a una aplicación de software o servicio web.
Con la introducción de la PSD, el Open Banking se ha convertido en parte integrante de la transformación del sector de los servicios bancarios, permitiendo a los TPP (terceros proveedores) acceder a datos que antes eran monopolio exclusivo de los bancos, lo que favorece el desarrollo de las Finanzas Integradas (Embedded Finance).
¿Open Banking u Open Finance?
El proceso con el que, gracias a la directiva PSD, los bancos comparten los datos, con el consentimiento previo del consumidor, con terceros proveedores.
Este concepto puede extenderse a todo el mundo financiero, y el término Open Finance (finanzas abiertas) significa la difusión de todo tipo de datos financieros con los TPP.
El Open Finance ofrece a los consumidores y a las PYMEs el derecho a autorizar a las TPP a acceder a sus datos e iniciar transacciones financieras en su nombre. A diferencia de Open Banking, que solo se aplica a los pagos, Open Finance se aplica a todos los servicios financieros (ahorros, seguros, hipotecas, inversiones, etc.).
El uso de APIs abiertas para compartir información financiera entre distintas instituciones financieras y aplicaciones permite una mayor transparencia, interoperabilidad e innovación en el sector financiero.
En el contexto del análisis de préstamos, el Open Finance puede proporcionar acceso a los datos financieros de un prestatario procedentes de diversas fuentes, como cuentas bancarias, tarjetas de crédito y cuentas de inversión. Estos datos pueden utilizarse para evaluar la solvencia del prestatario y su capacidad para devolver el préstamo.
Mediante el uso de API financieras abiertas, los prestamistas pueden obtener una imagen más completa de la situación financiera de un prestatario, incluidos sus ingresos, gastos, deudas e historial de pagos. Estos datos pueden analizarse mediante algoritmos y modelos de aprendizaje automático para generar una evaluación de riesgos más precisa y determinar las condiciones de préstamo adecuadas.
El Open Finance también puede permitir la automatización de los procesos de originación y suscripción de préstamos, haciendo que el proceso de préstamo sea más rápido, más eficiente tanto para los prestamistas como para los prestatarios.
Embedded Finance significa la integración de servicios financieros en productos o servicios no financieros, como aplicaciones móviles, plataformas de comercio electrónico y plataformas de redes sociales. Esto permite a los consumidores acceder a los servicios financieros sin problemas y de forma cómoda mientras utilizan otros productos o servicios.
Por ejemplo, una aplicación de transporte puede ofrecer la posibilidad de pagar los trayectos con una tarjeta de débito o crédito vinculada. Otro ejemplo de Embedded Finance aplicado con éxito es el BNPL, Buy Now Pay Later, como opción de pago, convirtiendo el coste de la compra en un préstamo automático, accesible directamente desde el sitio, sin que el usuario tenga que salir o contratar con una agencia de préstamos.
En un futuro próximo, cabe esperar cada vez más casos de uso de Embedded Finance entre empresas de sectores completamente diferentes, desde el turismo hasta el mundo de los seguros, desde las agencias inmobiliarias hasta el segmento de los préstamos.
El Embedded Finance ofrece una mayor simplicidad y una oferta más amplia. Gracias a la interfaz simplificada, las transacciones resultan más intuitivas y permiten gestionar a los usuarios sus finanzas en el contexto de sus actividades cotidianas.
Open Finance y Embedded Finance son dos modelos financieros introducidos recientemente para ayudar a los usuarios a tener una mayor accesibilidad y transparencia en la gestión de sus finanzas.
Sin embargo, hay algunas diferencias importantes entre ambos modelos:
- El Open Finance se centra en el desarrollo de un ecosistema de servicios financieros abierto a todos. Es un modelo que pretende que las personas puedan utilizar más servicios financieros directamente desde una plataforma y sin tener que recurrir a servicios intermediarios.
- Embedded Finance es un modelo centrado en la integración de servicios financieros directamente en el ecosistema de una empresa. Se trata de un modelo que pretende prestar servicios financieros avanzados a los clientes de una única empresa.
El Open Finance y el Embedded Finance pueden ayudar a las personas y a las empresas. Por ejemplo, las primeras pueden ofrecer a los consumidores una mayor transparencia sobre costes y tipos de interés, así como más posibilidades de elección entre productos financieros. Las segundas, por su parte, pueden ayudar a las empresas a reducir los costes de transacción, ofrecer una mejor experiencia al cliente y proporcionarle más flexibilidad.
Ambos modelos pueden mejorar considerablemente la accesibilidad de los servicios financieros y ayudar a particulares y empresas a gestionar mejor sus finanzas.