El acuerdo, producido en plena pandemia, originará el mayor grupo de telecomunicaciones en Reino Unido

La operación con Liberty Global constituye la mayor operación corporativa de la historia de Telefónica y se ha llevado a cabo en plena crisis sanitaria y con las dificultades que implicó el confinamiento en ambos países.

Las negociaciones concluyen en un pacto que permitirá que el operador móvil O2, una marca de Telefónica en Reino Unido, y la red de cable de Virgin, que forma parte de Liberty Global, se fusionen en un gran grupo de telecomunicaciones capaz de competir con BT, incumbente en ese mercado, y con una cuota mayor que otras compañías, como la autóctona Vodafone. El nuevo operador integrado, si se toman las magnitudes actuales, abarcaría a más de 46 millones de clientes de móvil, banda ancha y vídeo y estaría valorado en más de 36.000 millones de euros. La nueva sociedad tendrá una propiedad compartida al 50% entre la empresa española y la británica, a modo de joint venture.

Telefónica podrá así reforzar su posición más allá del mercado móvil británico, en el que está presente gracias a O2. Allí, Liberty Global cuenta con un trade mark agreement con Virgin que le permite servirse de esa marca para su negocio de telecomunicaciones. El móvil de O2 y los servicios fijos de Liberty Global, fundamentados en una amplia red de cable, permitirán que Telefónica exporte allí el mismo modelo de servicios convergentes que viene desarrollando en España en los últimos tiempos (combinación de teléfono fijo, móvil, banda ancha fija, banda ancha móvil e incluso televisión).