El consejero delegado de Ibercaja es optimista respecto al futuro de las empresas, a pesar de los factores de riesgo del entorno

El consejero delegado de Ibercaja es optimista respecto al futuro de las empresas, a pesar de los factores de riesgo del entorno

El consejero delegado de Ibercaja, Víctor Iglesias, protagonizó el encuentro empresarial que se celebrado en Madrid el pasado 19 de abril, organizado conjuntamente por CEOE y CEPYME.

Con el título “Sector bancario español: resiliencia entre turbulencias. Impacto en la economía y en las empresas”, Iglesias ha analizado con precisión los acontecimientos que se han producido en los últimos meses en el sistema financiero internacional; las similitudes y diferencias entre esta crisis bancaria y la producida entre 2008 y 2013; y las consecuencias del nuevo entorno para la actividad económica y el desempeño de las empresas.

Víctor Iglesias iniciaba su intervención en esta jornada refiriéndose a un nuevo “cisne negro” que ha aparecido en escena, tras la pandemia en 2020 y 2021 y la invasión de Ucrania por parte de Rusia: una crisis de confianza bancaria que se originaba en Estados Unidos el pasado 17 de marzo con la quiebra del Silicon Valley Bank, uno de los 20 mayores bancos del país.

Charla Víctor Iglesias, consejero delegado de Ibercaja

La quiebra era desencadenada por el “drástico” cambio de escenario ocurrido entre 2022 y 2023, con las subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal; la ralentización económica provocada por la inestabilidad geopolítica; y la corrección de expectativas en el sector tecnológico, al que pertenecían una masa relevante de empresas clientes del citado banco, que desembocó en una retirada de liquidez.

A diferencia de la crisis de 2008, según el consejero delegado de Ibercaja, la rápida y contundente actuación de las autoridades financieras contribuyó a prevenir el riesgo sistémico, protegiendo al sector bancario y al tecnológico, industrias estratégicas en Estados Unidos.

Sin embargo, el tensionamiento creado en el mercado por toda esta situación y los problemas que acarreaba Credit Suisse le convirtieron en “la víctima” en Europa, siendo adquirida por UBS, con una valoración de 3.000 millones de euros, la mitad de su capitalización bursátil.

Una crisis mucho menos severa, con un sector bancario español más robusto y resiliente

En la segunda parte de su intervención, tras analizar las similitudes y diferencias entre esta coyuntura y la que se produjo en la Gran Recesión entre 2008 y 2012, el consejero delegado de Ibercaja concluía que en el Banco prevén que esta crisis va a ser mucho menos severa y que el sector bancario español es mucho más robusto y está más preparado para afrontarla “sin grandes dificultades”.

Iglesias justifica esta previsión, principalmente, por la dimensión de las entidades financieras afectadas en la crisis actual, sin comparación con los grandes bancos que requirieron apoyos en la anterior; los precedentes macroeconómicos en ambas coyunturas, desequilibrios y burbujas de precios de activos en la crisis de entonces, frente a una pandemia y la guerra en Ucrania en la actual; y la gestión de las turbulencias financieras por parte de los Bancos Centrales y los Gobiernos, que ahora ha sido rápida y contundente.

A lo anterior, Víctor Iglesias añade la mayor solvencia, la liquidez y la calidad de las carteras de crédito de las entidades financieras; así como la capacidad de devolución de los clientes, tanto familias como empresas, y el valor de las garantías subyacentes de los préstamos y créditos.

También las ventas y márgenes de las empresas están resistiendo en general mucho mejor “en gran medida, gracias a la internacionalización, con una tasa de exportaciones sobre el PIB que supera ya el 35%, frente al 25% de hace quince años, y al importante proceso de desapalancamiento en este período, pasando el agregado de deuda de las empresas no financieras del 130% del PIB en 2008 al 100% actual” tal y como ha explicado el consejero delegado del Banco.

Impacto del nuevo entorno en la economía y empresas

Después del detallado análisis, Víctor Iglesias trasladaba el optimismo del Banco con respecto al futuro de las empresas españolas ya que, a pesar de los múltiples factores de riesgo que presenta el entorno, “los activos pesan más que los pasivos”.

Las empresas españolas han impulsado competitividad en los últimos años a través de la mejora del gobierno corporativo, de la innovación, de la transformación digital, de la configuración de alianzas colaborativas, de la internacionalización, de la automatización y optimización de procesos, etc. “Y en el plano financiero, habéis desarrollado un músculo de fondos propios y de liquidez disponible inédito en la historia”, exponía Iglesias.

Hacía referencia, también, a que las entidades financieras no van a sufrir un racionamiento de financiación bancaria disponible, porque cuentan con “relevantes holguras de solvencia y liquidez”.

“Tenemos que ser conscientes, no obstante, que, a corto plazo, el ciclo de tipos de interés negativos y acceso ilimitado a la liquidez por parte de las entidades bancarias que se ha producido entre 2016 y 2022 no va a volver. Ha subido el coste de capital y de la financiación ajena por lo que la evaluación de las iniciativas de inversión va a ser más exigente y se requerirán retornos esperados más elevados”.

Por otro lado, Iglesias apuntaba que los mercados ya están anticipando un cambio de ciclo con revisiones a la baja a final de año, debido a que los Bancos Centrales, tras las “turbulencias” financieras que se han producido, están reflexionando profundamente sobre los tipos de llegada.

Ibercaja, en palabras de Iglesias, no espera que se hunda el ciclo económico ni el consumo, aunque sí se perderá algo de ritmo de la actividad en los próximos trimestres.

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