No hay que olvidar que la concursalidad aumentó un 21,5% en 2022, con 6.676 empresas abocadas a declararse en concurso de acreedores. Y muchos de sus activos acabaron en subasta.

La plataforma desarrollada por Díaz-Gálvez agrega a las más de diez plataformas de subastas que existen en nuestro país. Entre ellas se pueden diferenciar por titularidad, públicas o privadas. Entre las primeras destaca la vinculada a la Agencia Tributaria, el portal del BOE, que aglutina la subasta judicial pública. Son los activos vinculados a un procedimiento concursal. Según fuentes del sector son las más numerosas, alcanzando de media unas 4.000 subastas activas a diario que duran unos veinte días.

Este tipo de pujas cuenta con un pliego de condiciones que determina quién y cómo puede acceder a estas. «La subasta judicial prevista en la ley acontece en los procesos de ejecución forzosa. El abogado que defiende los intereses de la parte acreedora (ejecutante) preserva la regularidad del procedimiento y, en la medida de lo posible, potencia que la venta obtenga un buen resultado que permita recabar la mayor liquidez para su defendido», explica sobre el proceso Álvaro Perea, Letrado de la Administración de Justicia, unas figuras fundamentales en estos procesos, ya que se encargan de formar los lotes que se subastan.

Perea además destaca la figura del abogado asesor: expertos en inmobiliario y procesal que aconsejan a firmas y particulares inversores sobre la oportunidad de participar en subastas públicas judiciales o extrajudiciales. «Se trata, sin duda, de un nuevo marco profesional en auge y que cada vez halla mayor desarrollo gracias a los intereses de fondos internacionales que desean adquirir capital inmobiliario de forma masiva».

Por su parte, entre las principales plataformas de subastas de capital privado, además del agregador diariodesubastas, destaca Escrapalia. «Subastamos activos procedentes de reestructuraciones o concursos de acreedores; bienes industriales de compañías del Ibex 35 que ponen en circulación equipos en el contexto de la economía circular», explica María Díaz, socia directora de Surus, la matriz del portal Escrapalia que subastó el pasado año un total de 18.000 lotes generando una facturación de 10,1 millones de euros, un crecimiento del 8,5% frente al ejercicio anterior.

Surus permite la tradicional subasta a sobre cerrado ya que, tras procesos de licitación, ha trabajado con la Administración Pública. Entre otras instituciones subasta activos procedentes de procesos penales a través de la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA).

«Trabajamos con clientes industriales como Repsol, Cepsa o Telefónica que al renovar sus equipos utilizan nuestra plataforma para poner en circulación los que ya no les sirven. No obstante, hemos subastado lotes muy destacados como aerogeneradores o el aeródromo de Ocaña», asegura Díaz.

Otra plataforma de subastas de capital privado es Eactivos. «Los activos que nosotros subastamos provienen mayoritariamente de liquidaciones concursales. Por tanto, podríamos decir que el abanico de bienes objeto de subasta es muy amplio. Desde bienes inmuebles, como viviendas, garajes, naves industriales, edificios o incluso solares, hasta bienes muebles de distinta naturaleza como pueden ser todo tipo de vehículos, mobiliario, maquinaria industrial», explica Paula Herrero, directora general de una plataforma que en 2022 liquidó activos por valor de cerca de 150 millones.

Otro portal de subastas es la plataforma de IAG Auction. «Subastamos o realizamos ventas directas de diferentes tipologías de activos, desde todo tipo de inmuebles a maquinaria, vehículos, stocks de productos, materias primas, embarcaciones, acciones, participaciones, derechos de cobro, marcas, patentes, unidades productivas completas. En definitiva, cualquier tipo de activo que se pueda encontrar en el balance de una sociedad», asegura Alex Munné, director de operaciones de IAG Auction.

Esta compañía realizó un total de 1.500 subastas en 2022 y un año antes manejó un volumen de negocio de 120 millones de euros. «Recientemente hemos adjudicado un hotel en Lanzarote por nueve millones de euros», apunta Munné, en cuya plataforma se ha subastado desde un terreno con las ruinas de un circo romano en Toledo hasta el Audi en el que iba José María Aznar cuando sufrió un atentado en 1995.

Subastas desiertas

Los datos del Consejo General del Poder Judicial ofrecidos en su informe estadístico Justicia Dato a Dato ponen de relieve que la configuración procesal de la subasta como mecanismo de enajenación de bienes afectos a procedimientos continúa encontrando problemas en la atracción de mercado: «en el año 2021 de las subastas convocadas por juzgados de Cataluña sólo cerraron con pujas un 39%, de las abiertas por órganos con sede en la provincia de Valencia únicamente un 46,2% obtuvo alguna postura», explica Álvaro Perea, Letrado de la Administración de Justicia. A este problema se puede sumar otro y es que si se pone en marcha el Proyecto de Ley de Eficiencia Procesal el porcentaje de consignación previo para participar en la subasta se eleva al 20% del valor fijado. «Esto puede desincentivar a los particulares», apunta.

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