Mínima da una nueva voz a Fegime
En el universo de las publicaciones corporativas, pocas cosas hay tan difíciles como evolucionar sin perder la esencia. Fegime, el grupo internacional de empresas familiares del sector eléctrico, lo ha conseguido con su revista Fegime Voice, que renace con una identidad visual más sólida, una estructura editorial más clara y una vocación internacional más coherente. Detrás de esta transformación está Mínima, que ha acompañado al grupo en un proceso de rediseño que trasciende lo estético para reforzar lo estratégico: construir una publicación que suene igual de bien en todos los idiomas y que siga siendo, sobre todo, un reflejo de la comunidad que le da nombre.
Actualizar una identidad editorial sin renunciar a su esencia
Fegime es una organización con historia, con presencia en más de veinte países y con una red de empresas familiares que comparten mucho más que negocio: comparten visión, valores y una manera de entender la colaboración. Durante años, su revista interna, Fegime Voice, ha sido el punto de encuentro donde esa comunidad internacional se mira, se escucha y se reconoce. Un espacio de comunicación corporativa pensado para unir culturas y poner en valor lo que sucede dentro del grupo.
Pero, como toda voz que quiere seguir siendo relevante, también necesitaba evolucionar. El formato, la estructura y el diseño habían acompañado a la publicación durante varias etapas, pero el contexto digital y el crecimiento internacional de Fegime pedían algo más: una propuesta editorial capaz de reflejar la madurez del grupo, su apertura a nuevos mercados y su compromiso con la innovación.
El reto, por supuesto, no era solo estético. Se trataba de encontrar un equilibrio entre tradición y modernidad, entre la coherencia de una marca global y la autenticidad de las voces locales que la componen. Había que crear una revista que siguiera siendo reconocible para quienes la han leído desde hace años, pero que al mismo tiempo resultara fresca, clara y adaptable a los diferentes idiomas y culturas del grupo.
Desde Mínima asumimos el desafío con una idea simple pero ambiciosa: que la nueva Fegime Voice sonase igual de bien y que hablara un mismo lenguaje visual en cada versión, ya fuera en inglés, alemán, italiano o húngaro. La voz debía ser una, aunque los acentos fueran distintos.
El proyecto no partía de cero, pero sí exigía una mirada renovada. Analizamos números anteriores, estudiamos cómo se compartían los contenidos entre países y revisamos las dinámicas de lectura de los distintos públicos internos. Lo que descubrimos fue una comunidad unida por la curiosidad y el orgullo de pertenencia, pero que pedía una experiencia de lectura más fluida, más contemporánea y, sobre todo, más alineada con el presente del grupo: un presente que habla de digitalización, sostenibilidad y colaboración internacional.
La nueva etapa de Fegime Voice debía ser eso; una evolución natural de su identidad, no una ruptura. Una publicación capaz de representar a un grupo global que mira al futuro, pero sin perder la cercanía de sus raíces familiares.
Dar vida y forma a una voz que se entiende en todas partes
Una voz no se rediseña de un día para otro. Se escucha, se afina y se equilibra hasta que suena clara. Ese fue el punto de partida del trabajo de Mínima con Fegime Voice: encontrar el tono adecuado para que la publicación respirase actualidad sin perder su carácter propio.
El segundo paso fue entender qué hacía única a esta revista dentro del ecosistema Fegime. En sus páginas convivían historias de innovación, sostenibilidad, formación y cultura corporativa, pero con estilos y formatos que variaban según el país. La tarea consistía en dar unidad a ese relato, construir un sistema visual que organizara la información sin restarle humanidad y convertir cada número en una experiencia de lectura coherente.
A partir de ahí, el rediseño tomó forma. Se revisó la retícula editorial para ganar ritmo y jerarquía, se apostó por una tipografía más contemporánea y legible, y se redefinió la paleta cromática para reforzar la identidad visual del grupo. Los espacios respiraron mejor, las fotografías encontraron su lugar, y los titulares empezaron a sonar con una cadencia más moderna y precisa. Cada decisión visual respondía a una idea común: hacer que la revista hablara con la misma claridad con la que Fegime se comunica como comunidad internacional.
El proyecto incluyó un proceso de traducción y adaptación editorial a varios idiomas (español, húngaro, alemán e italiano, entre otros); un trabajo minucioso de maquetación que garantizara que el diseño se mantuviera fiel a la intención original sin importar la lengua. La voz de Fegime debía sonar igual en todos los acentos, con matices distintos pero con una misma entonación editorial.
En ese camino, la colaboración fue clave. Cada país aportó su mirada y su experiencia, lo que permitió que el rediseño no se viviera como una imposición, sino como una construcción colectiva. La coordinación con el equipo internacional fue continua: revisión de versiones, intercambio de materiales, ajustes finos de maquetación y validaciones conjuntas. El resultado fue más que una revista. Fegime Voice se convirtió en una partitura común en la que cada miembro del grupo podía reconocerse.
El proceso confirmó algo que en Mínima defendemos desde siempre: el diseño no es solo una cuestión de forma, sino de intención. Y cuando la intención es clara, la voz encuentra su lugar.
Una voz más clara, más cercana, más global
Hoy, Fegime Voice suena diferente. Mantiene su tono institucional, pero gana ritmo, equilibrio y presencia. Cada número refleja una comunidad que se reconoce a sí misma en las páginas, con un lenguaje visual más limpio y una estructura editorial que facilita la lectura y potencia el mensaje. Lo que antes era una revista interna se ha convertido en un medio de comunicación que representa al grupo en toda su diversidad, capaz de proyectar una identidad compartida más allá de las fronteras.
La nueva etapa se consolida en la coherencia, en el orden y en su capacidad de conectar a más de veinte países bajo una misma voz. La revista se ha convertido en el espejo donde la red Fegime ve reflejado su presente y su futuro, una publicación que habla de innovación, sostenibilidad, personas y colaboración con un tono más cercano y más contemporáneo.
Para Mínima, participar en esta transformación ha sido una oportunidad para reafirmar lo que siempre hemos creído; que el diseño es un lenguaje capaz de unir culturas y amplificar mensajes. Rediseñar Fegime Voice ha sido también redescubrir su propósito. Cada página, cada sección y cada versión traducida son el resultado de un trabajo coral en el que la forma y el fondo se alinean para contar una historia común.
Porque cuando una organización internacional logra que su voz suene clara y coherente en todos los idiomas, no solo comunica mejor: construye identidad, comunidad y confianza.
Y eso, en un mundo donde cada mensaje compite por ser escuchado, es, sin duda, la mejor versión de una voz
Artículo publicado el 21/11/2025

