Un escenario de mayor certidumbre y la existencia de un marco jurídico, fiscal y laboral son claves para incentivar la inversión empresarial.
2023 estuvo marcado por la incertidumbre geopolítica global, que puede ser también determinante este año. La contracción de las expectativas de evolución de los tipos de interés podría ayudar a mejorar la demanda de crédito.
Entorno económico
Ha concluido un año en el que la incertidumbre geopolítica global (“cronificación” de la guerra en Ucrania, estallido de la guerra entre Israel y Hamás, tensión creciente entre China y Taiwán, etc.), ha protagonizado el entorno y que muy probablemente será también uno de los factores más determinantes para el desarrollo de la actividad económica en 2024 por los múltiples impactos que trae consigo: sobre el coste de las materias primas, sobre el normal funcionamiento de las cadenas de suministro, sobre las decisiones de inversión empresarial, etc.
Aunque todas las previsiones apuntan a un enfriamiento generalizado de la economía global el año que viene, con alta probabilidad también se espera que se produzca en la modalidad de “aterrizaje suave” y no en formato de recesión profunda, como ocurrió en 2020 a consecuencia de la pandemia o en 2009 a consecuencia de la Gran Crisis.
El Fondo Monetario Internacional sitúa en el 2,9% el avance del PIB mundial en 2024, claramente por debajo del promedio de las últimas décadas (en torno al 4%), pero demuestra la resistencia de la economía a los sucesivos shocks externos a los que se está viendo sometida; las previsiones sobre el mercado laboral muestran también un importante grado de resistencia del empleo a pesar de la desaceleración económica. En definitiva, la ausencia de desequilibrios endógenos relevantes en el sistema (en el endeudamiento de los agentes económicos, en los precios de los activos inmobiliarios, en las valoraciones de los activos financieros, etc.) ejerce de efectivo “escudo” para proteger la actividad económica.
Evolución de los tipos de interés
Todas los analistas apuntan a descensos en los tipos de interés de intervención por parte de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo a lo largo de 2024, lo que está provocando a su vez una importante contracción en los mercados de futuros sobre los tipos de interés a corto plazo (Euribor a 12 meses en el entorno del 2,5% a partir de la primavera de 2025).
Esto se debe a que la inflación en los últimos meses de 2023 se ha contenido, incluso a mayor velocidad de lo esperado, tanto por el coste de la energía y de las materias primas como por el “efecto base” tras las fuertes subidas de precios de 2022 y el primer semestre de 2023. Además, aunque los salarios se están revisando al alza en la mayoría de los países, no se observa la conformación de una espiral precios / salarios que pudiera desencadenar una nueva oleada de inflación en los próximos meses.
Recuperación de la confianza
La inversión empresarial es indispensable para que 2024 sea un año de crecimiento económico. Las decisiones de inversión se han postpuesto en 2023 debido a las incertidumbres que han protagonizado el año. En 2024, estos proyectos de inversión se retomarán en tanto en cuanto se preservan los márgenes empresariales, puesto que son la principal variable económica que motiva a las empresas a llevar a cabo proyectos de inversión; si se vayan reconduciendo las incertidumbres que nos rodean y, en particular, que se genere un marco jurídico, fiscal y laboral que incentive la inversión; y que se acelere la canalización al tejido productivo de los fondos europeos Next Generation, ahora en su versión de “financiación blanda”, un ámbito en el que las entidades bancarias podemos aportar mucha efectividad y capilaridad en su distribución, tal y como demostramos por ejemplo con las líneas de liquidez ICO Covid.
También, la contracción de las expectativas de evolución del Euribor a 12 meses de las últimas semanas de 2023 podría ayudar a que la demanda de crédito se comporte con mayor vigor y las empresas decidan llevar adelante sus proyectos de crecimiento y ampliación de sus negocios, aunque lo realmente determinante será la disminución de la incertidumbre y la recuperación de la confianza que comentaba.
Acompañamiento financiero
En el caso de las empresas, segmento estratégico del Banco, de cara a 2024, vamos a seguir desarrollando nuestra apuesta por convertirnos en una entidad relevante y referente para las empresas españolas, reforzando nuestra gama de productos y servicios especializados para poder cubrir todas sus necesidades financieras y ser un proveedor global, útil y de referencia; disponiendo de canales digitales que les permitan realizar las transacciones cotidianas de manera cómoda, sencilla, fiable y segura; y agilizando al máximo los procesos internos para dar respuesta a las empresas a todas sus solicitudes de servicio bancario, en el menor plazo posible, especialmente a las peticiones de financiación.
Y por supuesto y lo más importante para nosotros, relacionándonos con las pymes como expertos compañeros de viaje y de confianza, asesorándoles de una manera cercana, empática, global y con perspectiva de largo plazo, con independencia de en qué productos y servicios concretos se materialice después el negocio en cada momento de su ciclo de vida empresarial.